Esta elección extraordinaria se convocó tras la anulación del mandato del exgobernador Rafael Martínez por parte del Consejo de Estado, que determinó que incurrió en doble militancia.
En sus declaraciones tras la victoria, Guerra se comprometió a liderar un plan de desarrollo centrado en la protección ambiental, con especial atención a los ríos, ciénagas y zonas rurales del Magdalena. Afirmó también que fomentará energías limpias y comunidades sostenibles.
Con este triunfo, Guerra completará el periodo de gobierno hasta diciembre de 2027, asumiendo los retos de un departamento marcado por altos índices de pobreza, desafíos en infraestructura y presencia de grupos armados ilegales.
En sus primeras declaraciones como gobernadora electa, Guerra rechazó temores sobre su liderazgo y sobre posibles amenazas durante la campaña. “Hay temor a la participación. Están dando la orden de no votar por mí y de votar por el traidor del pueblo”, dijo aludiendo a supuestas intimidaciones del Clan del Golfo hacia algunos votantes.
Para ella, su victoria es “una reafirmación de la esperanza” y una señal del compromiso de su movimiento por mantener un proyecto político de cambio en el departamento.
Guerra también enfatizó su visión para un Magdalena más justo, sostenible y participativo. Se comprometió a fortalecer programas sociales para reducir la pobreza y mejorar la infraestructura en zonas rurales, así como a impulsar un desarrollo ambiental responsable, con “energías limpias” y protección a las ciénagas, ríos y ecosistemas estratégicos. Aunque sus discursos públicos han puesto el acento en el continuismo frente al liderazgo de Carlos Caicedo, la gobernadora electa sostuvo que no se trata de repetir modelos pasados, sino de profundizar en un proyecto transformador con enfoque social.
Asimismo, Guerra lamentó la baja participación registrada (alrededor del 31,23 %), señalando que refleja “un llamado para que más magdalenenses se involucren en la política y recuperen la fe en la democracia”.
También aseguró que su administración trabajará para consolidar espacios de seguridad, ante el reto persistente de grupos armados ilegales en el territorio.
También dijo que su gobernación no será solo simbólica: “No vengo a gobernar de paso, vengo a dejar huella”, afirmó, convencida de que su victoria es un mandato popular para avanzar con proyectos de largo plazo que transformen estructuralmente la realidad social y económica del Magdalena.
