Durante una semana cuenteros provenientes de países como Cuba, Costa Rica, Colombia, España y México se tomaron a la capital de La Guajira, al corregimiento de Tomarrazón ,el municipio de Maicao y la Institución Educativa Chon-Kay, la Fundación Leer, Pensar y Escribir, el área cultural del Banco de La República, La Casa del Libro Total, en Riohacha, el teatro Akuaipa,el bar I Wanna y las Cayuqueras del Riito, con la fuerza de la oralidad y la palabra viva en idiomas como El euskera, Gallego y el Español , constituyéndose en un encuentro de la interculturalidad .
Se trató del Festival Internacional de Cuenteros Akuentajuî 2025 en su edición XXVI. En esta oportunidad con el slogan La Paz tiene la palabra. El evento es liderado por la Corporación Tradición y Cultura. Por segunda vez se suma la Acción Cultural Española. Se desarrolló también en la capital del Magdalena.
Ángel del Pilar Colín, una de las participantes más reconocidas y quien tiene más de una década asistiendo trajo historias de la tradición oral de su México lindo y alternó con los niños de la Escuela Libre de Narración Oral Huellas del Alaula.
Por su parte May Gorostiaga, del país Vasco de Tolosa ubicado al norte de España, cautivó a los espectadores con sus relatos de su infancia y realismo mágico llenos de ternura. “Es la primera que vez que vengo a Colombia y a Riohacha y esta ciudad se quedó en mi corazón”.
Benjamín Alemán, narrador colombiano autor del proyecto La monoteatro, docente. Se considera un ciudadano del mundo y de la poesía, presentó historias del poeta de Mompós, Candelario Obeso, quien es el padre y precursor de poesía con temática negra.
Para él estar aquí implicó no solo contar, sino que dice estar muy agradecido de todo lo que vio y de cada narrador aprendió muchísimo, sus técnicas, maneras de comunicarse con los niños y de mirar, ejercicios pedagógicos que le sirven para su práctica docente, artística y para la vida “creo que lo más lindo es que todo aquello que vi es certeza que será semilla y lo compartiré” dijo el cuentero.
Paula Carballeira, quien vino del noroeste de la península Ibérica, de Galicia, advierte que “es la primera vez que estoy en esta zona de Colombia no la conocía muy bien, como eran y veo que con los años se ha dejado huella. Es un público que sabe escuchar, acogedor y cariñoso que sabe valorar porque tienen mucha experiencia y analizan lo que hay detrás de las historias, la idea de ver el mundo, compartir, hermanarnos y hacernos ver que las personas en el fondo tenemos los mismos sueños, ilusiones, ansias de que se restablezcan justicias que a lo mejor, en la realidad son más difíciles de lograr pero que en los cuentos lo podemos hacer con el poder de la palabra”, dijo la narradora
Cae el telón y volvemos a la realidad con su dinámica y vaivén, desde ya se preparan motores para la vigésima séptima edición con la esperanza que la institucionalidad y más actores se vinculen al festival que es de todos.