En un contexto internacional marcado por conflictos, crisis climática y tensiones geopolíticas, los líderes de América Latina, el Caribe y Europa concluyeron este 9 de noviembre la Cuarta Cumbre CELAC–UE, celebrada en Santa Marta, Colombia, con una declaración conjunta que refuerza la alianza birregional y define una hoja de ruta común hacia 2027.
El encuentro, presidido por jefes y jefas de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE), se centró en revitalizar la cooperación política, económica, ambiental y social, bajo los principios del multilateralismo, el respeto al derecho internacional y la defensa de los derechos humanos.
Los mandatarios destacaron la importancia de profundizar los lazos históricos entre ambas regiones, en momentos en que —según subraya la declaración— “el multilateralismo está siendo cuestionado en todo el mundo”. Se reafirmó el compromiso con la democracia, las elecciones libres y la igualdad soberana de los Estados, además del rechazo a “la amenaza o el uso de la fuerza” como medio de resolución de conflictos.
Uno de los temas más relevantes fue la acción climática y la transición energética justa, con la ratificación de los compromisos asumidos en la COP30 de Belém do Pará. La cumbre enfatizó la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover una “bioeconomía sostenible”, destacando la cadena de valor del sargazo en el Caribe como un proyecto birregional innovador.
En materia económica, los líderes reafirmaron su respaldo a un sistema multilateral de comercio abierto y basado en normas, con la Organización Mundial del Comercio (OMC) como eje. Asimismo, celebraron la entrada en vigor de nuevos acuerdos entre la UE y varios países latinoamericanos, y expresaron su apoyo a la Agenda de Inversiones Global Gateway UE–ALC, orientada a fortalecer la conectividad, las energías limpias y las infraestructuras sostenibles.
La declaración también aborda los principales conflictos internacionales. Las partes expresaron su preocupación por la guerra en Ucrania, respaldando los esfuerzos hacia un alto el fuego y una paz duradera, y reconocieron el acuerdo alcanzado en Gaza, reiterando su apoyo a la solución de dos Estados. En el ámbito regional, la CELAC y la UE reafirmaron su respaldo al proceso de paz en Colombia y su compromiso con la estabilidad en Haití.
Entre otros temas destacados, se acordó impulsar la cooperación en seguridad ciudadana, la lucha contra el crimen organizado, la autosuficiencia sanitaria, la educación y la investigación científica, así como una transformación digital ética y centrada en las personas. También se subrayó la necesidad de fortalecer los sistemas de cuidado y la inclusión social.
Finalmente, la cumbre acordó mantener un diálogo político bienal y celebrar la Quinta Cumbre UE–CELAC en 2027 en Bruselas. Los mandatarios agradecieron a Colombia por su hospitalidad y liderazgo durante su presidencia pro tempore.
Pese al consenso general, varios países —entre ellos Argentina, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Panamá— se desasociaron de algunos párrafos de la declaración, principalmente relacionados con cuestiones de género, política exterior y derechos humanos. Venezuela se retiró del documento final.
La cumbre de Santa Marta marca así un nuevo capítulo en las relaciones entre Europa, América Latina y el Caribe: una asociación estratégica que busca unir esfuerzos frente a los desafíos globales bajo el lema del diálogo, la paz y el desarrollo sostenible.
