En el marco de Misión La Guajira, ocho mujeres wayúu y la entrenadora, quienes hacen parte del equipo departamental de rugby en Manaure, ya están en Bogotá y ultiman detalles para su viaje a Polonia, en el marco del segundo intercambio cultural y deportivo del año, que lidera la Cancillería de Colombia, desde su Dirección de Asuntos Cultures.
Sobre el alcance de esta iniciativa, Catalina Ceballos, directora de Asuntos Culturales de la Cancillería, señaló: “Esta es una apuesta para que estas chicas tengan un futuro promisorio, que no sean víctimas del reclutamiento, que no sean víctimas de la drogadicción. También es importante seguir con estos diálogos diplomáticos con nuestros países anfitriones. Es la oportunidad de crear unos vínculos, estrecharnos y que sigamos teniendo unos diálogos provechosos para el país”.
En su primer día en la capital fueron recibidas en la Embajada de Polonia por la Encargada de Negocios, Barbara Sośnicka. Durante el encuentro aprendieron a saludar y agradecer en polaco. “Dzień dobry” para decir buenos días y “dziękuję” para decir gracias. También conocieron detalles del país que las recibirá, hablaron sobre lo que esperan del viaje y entregaron obsequios representativos de su cultura como muestra de gratitud.
Su paso por Bogotá también incluyó un recorrido por el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería. Allí conocieron parte de la historia diplomática de Colombia y entendieron por qué este lugar ha sido clave en los grandes momentos de la política nacional. Sobre la importancia del programa, Barbara Sośnicka, Encargada de Negocios de Polonia en Colombia, expresó: “Para mí es muy importante que las niñas conozcan un poco de mi país y mi cultura. Espero que esto influya un poco en su cotidianidad. Colombia es el único país en el mundo con el que Polonia cuenta con un programa de intercambio cultural y deportivo”.
El intercambio al que viajarán forma parte de una política pública que busca ofrecer oportunidades a niños, niñas y adolescentes entre los 12 y los 17 años, provenientes de regiones con altos índices de reclutamiento armado y zonas de frontera. Esta selección no se hace por convocatoria, sino a partir de criterios como el liderazgo comunitario, el talento en disciplinas deportivas o culturales y el buen desempeño académico. Es decir, estas niñas no solo brillan en el deporte, también son referentes en sus territorios.
María Luisa Iguarán Epieyú, de la comunidad de Parenska 1 del pueblo indígena wayúu, practica rugby desde hace tres años. Es una deportista innata y, además del intercambio deportivo, le emociona representar su cultura en el exterior: “Nosotros podemos mostrar nuestros bailes, el significado del maquillaje tradicional wayúu, entonces estamos muy felices por esta gran oportunidad y también agradecemos a la Cancillería y a todos los que nos han apoyado”.
