El Jefe de Protección del Presidente Gustavo Petro es un hombre curtido en la lucha contra el delito. En sus manos está la enorme responsabilidad de garantizar la vida del primer mandatario y su familia. Hace cerca de quince días, a 15 mil pies de altura, regresando de Europa, recibió una alerta sobre un posible atentado, con un misil tierra-aire, al avión presidencial.
Con el aplomo que dan décadas de acción policial y el uso de buen juicio, reunió con los altos funcionarios que viajaban en ese avión presidencial, ordenó cancelar el regreso a Presidencia y desviar el avión hacia el aeropuerto de Pereira. Una decisión que se desprende de una estrategia definida con meses de anticipación, luego de revisar los mapas antiaéreos colombianos de Colombia en una sala blindada de inteligencia. El general Guatibonza explicó, en esta entrevista, las amenazas reales, los riesgos, las rutas seguras y los lazos con la Casa de Nariño.
Uno de los temas que le preocupan a los colombianos tiene que ver con las amenazas a la vida del Presidente. ¿Qué tipo de amenazas existen?
Como todos sabemos, el presidente de Colombia siempre está amenazado. Se han identificado grupos y personas que, desafortunadamente, en un tono de intolerancia, han dicho cosas que se convierten en riesgos reales. En ese aspecto, mantenemos varios grupos dentro de la Jefatura de Protección Presidencial. Uno se encarga del análisis. Buscamos informantes en redes, en calles y entre los delincuentes sobre posibles eventos contra el primer mandatario, para anticiparnos y neutralizar amenazas a tiempo.
El Presidente ha denunciado en varias oportunidades que su vida corre peligro y el país parece que no lo presta atención…
Yo estoy de acuerdo con el presidente. Si usted revisa los mapas de seguridad que existe en esta jefatura, que cruza bases de datos, información de inteligencia, estudios criminológicos y patrones de comportamiento, nos damos cuenta de que las amenazas no son una exageración, son reales.
La última de las amenazas ocurrió a su regreso de Europa. Cuéntenos esa situación.
Sí, estábamos sobrevolando el océano, al continuar el plan de vuelo hacia Bogotá. Recibimos un informe reservado desde Europa que alertaba sobre una amenaza aérea. Cambiamos la ruta y aterrizamos en Pereira, como estaba previsto en los protocolos. Todo se manejó con anticipación.
¿Cómo llegó la información? ¿Estando en el aire se comunicaron con el piloto?
Tenemos un sistema de comunicación propio. No hay un minuto en donde no estemos en comunicación con Colombia y el mundo por medios alternos.
¿Qué amenazas existen hoy contra el presidente?
Documentadas tenemos 34 amenazas, desde el año 2022. De esas 34, hay cinco a las que la Fiscalía les inició investigación formal, que están bajo reserva del ente acusador.
¿El Presidente está seguro?
Totalmente seguro. En Colombia no existe ningún tipo de amenaza que no esté identificada. El presidente puede caminar tranquilo por donde vaya e ir a cualquier parte de Colombia. Ese es nuestro trabajo: garantizar su vida.
¿Quién tiene la última palabra: seguridad o el Presidente?
Seguridad. Porque nosotros manejamos la información avanzada. No hay un lugar de Colombia donde el Presidente llegue en el que la seguridad no haya estado primero.
¿De qué manera los colombianos pueden contribuir a la seguridad del Presidente?
Lo primero es que nos manden la información oportuna si se enteran de algún tipo de amenaza, cualquier que sea. Solo deben enviar esos mensajes a los canales del Gobierno. Ya con eso, si es necesario, se inician los procesos porque lo tomaremos en serio.
¿Fuera del país quién responde por la seguridad del presidente?
El extranjero también está con él. Pero obviamente la última línea es la que llega al presidente es la nuestra.
La palabra “magnicidio” es recurrente en Colombia. ¿Hemos avanzado en seguridad?
Sí, sobre todo, tenemos más garantías para que al señor presidente no le ocurra nada. En Colombia, el Presidente está seguro.
¿Y la cooperación internacional?
Tenemos acceso a varias comunidades de inteligencia del mundo. Mantenemos contacto constante y actualizado con ellos. También a veces nosotros les transmitimos información de su interés.
¿Cómo se extiende toda esta seguridad a la familia presidencial?
La familia presidencial ha sido objeto de amenazas y cada uno de los miembros tiene un esquema al mismo nivel del presidente.
¿El Presidente ha sido enfático y reiterativo en hablarle a la Junta de Pacificación?
Sí, y lo hace con mucha inteligencia. Él habla desde el alma y con serenidad, que es lo que necesitamos en esta sociedad. El país tiene que tener fe, creer que las cosas se pueden hacer bien. El presidente genera calma, sin amenazar, sin gritar.
¿Quién está interesado en matar al presidente?
Algunos de los grupos que han rechazado la oferta de paz total. Y que ahora tienen enemigos potenciales del señor presidente y sienten interés en hacerle daño. Así de sencillo.
¿Con nombre propio quiénes serían?
Pues hay gente de las disidencias de las FARC, el ELN, el Clan del Golfo, a los que no les gustó que el presidente les hablara de paz.
Históricamente en Colombia se ha hablado de la adquisición de misiles. ¿Esto es cierto o sigue estando en el terreno de la especulación?
La verdad es que se ha hablado mucho de misiles, pero de eso no hemos confirmado físicamente que se han visto. Ha sido más una especulación.
¿Volviendo al caso del último viaje a Europa, cómo fue el rol del desplazamiento por tierra para regresar a Bogotá?
En el aterrizaje en el aire teníamos cerca de una hora y media de vuelo. Tomamos la decisión de aterrizar en Pereira. Allí estaba cuadrado el protocolo terrestre con un grupo que llegó a tiempo. Llegamos en aproximadamente ocho horas a Bogotá sin ninguna novedad.
¿Pero el viaje por tierra era un mayor riesgo?
El viaje por tierra siempre lo es. Todo se hizo según el protocolo. Viajamos durante más de ocho horas por tierra. Todo salió según lo esperado. El factor sorpresa fue lo que utilizamos a nuestro favor.
¿Cuál sería, desde su perspectiva, el mensaje con la seguridad del Presidente?
Que el Presidente está seguro en todo momento. Pero no solo por nuestros protocolos, sino por el amor de la gente, que es su escudo protector.
De las declaraciones del presidente Petro, ¿podemos decir que incluso los Estados Unidos se preocupa por su seguridad?
No solo el gobierno de los Estados Unidos. Sus autoridades en el sur del país, en donde se mueven grandes economías ilegales, están atentas a proteger la democracia. Y esta consiste en que una persona como el presidente Petro, elegida por el pueblo, pueda cumplir su mandato. Con otras agencias de inteligencia del mundo también tenemos relaciones y cooperación para afinar el trabajo conjunto.
¿Cuál sería ese informe también en cuanto a recursos que se están destinando a la protección del Presidente?
Tenemos asignado el presupuesto suficiente. Pero sobre todo para capacitar a nuestro equipo. Los recursos para garantizar la vida del Presidente son bastantes y propios.